La
lingüística forense es una rama de la lingüística aplicada que emplea la teoría
lingüística en temas jurídicos y judiciales del derecho; para ello analiza
textos orales y escritos en correos electrónicos, confesiones, contratos,
cartas de extorsión, amenazas, mensajes de textos y grabaciones de voz (Garayzábal
et al., 2019, Shuy, 2006). Los
ámbitos de la lingüística forense se refieren, básicamente, al jurídico,
judicial y probatorio (Gibbons y Turrel, 2008).
En
el ámbito jurídico, la lingüística forense se ocupa del análisis e
interpretación del discurso legal, su estructura, interpretación y ambigüedad;
de los derechos lingüísticos; de la relación entre las lenguas minoritarias y
el sistema legal. Por su parte, la lingüística forense, en el ámbito judicial,
considera el estudio de las entrevistas policiales de testigos,
interpretaciones en sedes judiciales, lenguaje de criminales y víctimas. Por
último, la lingüística forense en el ámbito probatorio realiza análisis de
autoría, identificación de locutores, plagio, recopilación de corpus y creación
de perfiles lingüísticos.
Para
realizar una investigación dentro de la lingüística forense, se requiere tener
conocimientos de la gramática, por ejemplo, de fonología, sintaxis y morfología
de la lengua particular que utiliza el sospechoso; así también se debe conocer
la frecuencia de uso de ciertas construcciones y del léxico; el significado en
distintos contextos; la variación lingüística y la estructura de la
conversación. Es evidente que este tipo de análisis es complejo y requiere de
una formación en la disciplina. No obstante, otras especialidades han venido
realizando informes periciales de lingüística forense, debido al carácter
desconocido de la carrera y al número reducido de profesionales en la misma.
La lingüística forense se relaciona y, a veces, hasta
confunde con otras áreas que también analizan el lenguaje en contextos
criminales. Así, la grafología estudia la personalidad a partir de la
escritura; la documentoscopía estudia los materiales en/ con los que se
escribió; y la pericial caligráfica estudia las diferencias estilográficas. En
cambio, la lingüística forense estudia las diferencias idiolectales, es decir,
las diferencias gramaticales, léxicas, fonéticas o discursivas que caracterizan
las hablas de los individuos. Para ello asume que cada hablante, si bien comparte
rasgos lingüísticos con sus pares, emplea otros que le son más inherentes.
Los
aportes de la lingüística en el derecho son varios. En primer lugar, permite
emplear evidencias lingüísticas en los juicios, por ejemplo, determinar la
autoría de textos orales o escritos o determinar plagios. Asimismo, permite
mejorar el proceso de transcripción de audios. Finalmente, facilita la
comunicación entre investigados y abogados, así como la interpretación de
leyes, contratos, en contextos monolingües o multilingües.
1.1.
Historia
del Gabinete de Lingüística Forense
En nuestra universidad, la
formación en lingüística inició en 1936 con la creación del Instituto de
Filología, a cargo de Hipólito Galante, filólogo italiano que orientó los
estudios del programa en las áreas de filología clásica, filología hispánica y
filología quechua. Posteriormente, en 1955, con la influencia de la lingüística
norteamericana, se dividió las áreas de estudio de la lingüística y la
filología, en consecuencia, se reformó el instituto denominándose Instituto de
Lingüística y Filología. En 1969, por una reforma administrativa, el Instituto
de Lingüística y Filología dio lugar a dos departamentos: Lingüística y
Literatura.
Desde 2019 se ha promovido
investigaciones en los campos de la lingüística forense. A inicios de aquel
año, un grupo de lingüistas participó en eventos académicos exponiendo temas de
la lingüística forense, como la mesa Lingüística
forense: lenguaje probatorio en el “I Congreso Internacional “Desarrollos
en la Lingüística Teórica y Aplicada del Siglo XXI”, y el taller Fonética Forense e Identificación de Locutor
realizado en agosto-octubre del mismo año en la UNMSM. Desde esta fecha, los
trabajos de investigación han ido aumentando, así como la demanda social de los
trabajos realizados por los lingüistas. Por ese motivo, a fines de diciembre de
2020 se convocó a investigadores en los campos de la lingüística forense. Se
logró establecer contacto con investigadores internacionales reconocidos en el
área y se conformó el Gabinete de Lingüística Forense, adscrito al Instituto de
Investigación de Lingüística Aplicada, aprobado con resolución decanal
000623-2021-D-FLCH/UNMM.
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